jueves, 1 de enero de 2015

Piensa bien y acertarás (III). LOS SESGOS COGNITIVOS O ERRORES DE PENSAMIENTO.



Un sesgo o prejuicio cognitivo es una percepción o interpretación errónea, distorsionada e ilógica de la información disponible, al dar demasiada importancia o demasiada poca a algunos aspectos o relacionar datos que no lo están entre sí, dando lugar a juicios o pensamientos erróneos sobre otras personas o situaciones. Los sesgos sociales o sobre otros afectan a nuestras interacciones o relaciones sociales de cada día.

Tal y como adelanté en la primera parte de “Piensa bien y acertarás” al hablar de la necesidad de los prejuicios, el fenómeno de los sesgos cognitivos nace como una necesidad evolutiva. Ante la incertidumbre permiten que el ser humano pueda emitir juicios inmediatos que emplea nuestro cerebro para responder ágilmente ante determinados estímulos, problemas o situaciones. Por su complejidad y nuestras limitadas capacidades mentales resultaría imposible de procesar toda la información, y por tanto requiere de un filtrado selectivo o subjetivo que simplifique esta información. Este proceso de simplificación nos hace perder una gran cantidad de detalles que llevan a una percepción no exacta, a veces errada, del medio que nos rodea Es cierto que un sesgo cognitivo nos puede llevar a equivocaciones, pero en ciertos contextos nos permite predecir los acontecimientos y decidir más rápido o tomar una decisión intuitiva cuando la inmediatez de la situación no permita su escrutinio racional.

En otros muchos contextos los sesgos cognitivos son un obstáculo para el avance, adaptabilidad y por tanto supervivencia de una sociedad y además nos apartan de la verdad. Esto es así porque los hechos veraces o verdaderos nos conducen a la predictibilidad. Al predecir o conocer lo que nos puede ocurrir nos permite la preparación y la creación de herramientas para el control de los posibles resultados permitiendo cambiarlos. Esto se produce gracias a que bajo premisas verdaderas se puede usar la lógica y el razonamiento. Una sociedad o cultura que busca la verdad, será más capaz de predecir y cambiar su futuro, esta posibilidad proporciona una gran ventaja de supervivencia.

El concepto de sesgo cognitivo apareció por primera vez gracias al premio Nóbel Daniel Kahneman y otros colegas en el año 1972, cuando se percataron de la incompetencia en el cálculo de las personas y de la imposibilidad de las personas de razonar de forma intuitiva con magnitudes muy grandes. Kahneman y otros académicos fueron demostrando la existencia de patrones de escenarios en los que los juicios y las decisiones no se basaban en lo previsible según la teoría de la elección racional. 

El sesgo o prejuicio cognitivo surge de distintos procesos que no son fácilmente distinguibles. Estos incluyen el procesamiento heurístico (atajos mentales), motivaciones de tipo emocional y moral, o la influencia social. Los sesgos cognitivos son procesos inconscientes que nos condicionan al intentar analizar la realidad.

La heurística implica atajos mentales que proporcionan estimaciones rápidas sobre la posibilidad de sucesos inciertos. Los heurísticos son procedimientos simples para el cerebro poder calcular, pero a veces introducen "errores graves y sistemáticos".
Las limitaciones de nuestra memoria inmediata, la falta de información o la incertidumbre acerca de las consecuencias de nuestras acciones provocan que las personas recurramos de forma sistemática a estos atajos mentales ("heurísticos" según la psicología cognitiva) que utilizamos para simplificar la solución de problemas y que nos permiten realizar evaluaciones en función de datos incompletos y parciales. 
Lo curioso es que empleamos estos atajos cognitivos incluso cuando tenemos datos adicionales que permitirían una evaluación más fiable. Cuando nuestros heurísticos no dan lugar a juicios correctos incurrimos en lo que se denomina un sesgo cognitivo, es decir, la tendencia a sacar una conclusión incorrecta en una circunstancia determinada en base a factores cognitivos (de pensamiento).
En informática, los métodos heurísticos suelen utilizarse para encontrar una solución razonable a un problema, a veces no óptima, pero con el objetivo de mantener los tiempos computacionales dentro de límites manejables. Nuestro cerebro, la mayor parte de las veces, funciona de la misma manera. Dado que el tiempo es finito, aplicamos inconscientemente “atajos” mentales en búsqueda de la solución de un problema o en la toma de una decisión. Pero ese atajo muchas veces es un camino que nos lleva a un destino muy alejado de la solución. El inconveniente es que en general no nos damos cuenta cuándo estamos razonando en forma prejuiciosa. Y eso sucede muchas más veces de lo que creemos.

Juicios justos. Muchas instituciones sociales confían en las personas para hacer juicios racionales. Un juicio por jurado justo, por ejemplo, requiere para el jurado ignorar características irrelevantes del caso, pesar las características relevantes apropiadas, considerar diferentes posibilidades con la mente abierta y resistir falacias como la apelación a la emoción. Las diversas tendencias que se manifestaron en estos experimentos psicológicos sugieren que la gente con frecuencia no hacen todas estas cosas.

Distorsiones Cognitivas. Es un concepto de la psicología cognitiva muy parecido al de sesgo cognitivo. Son errores en el procesamiento de la información que produce creencias maladaptativas que provocan perturbaciones emocionales y alteraciones en el pensamiento.

Falacias lógicas. Otro concepto similar al de sesgo cognitivo es el de Falacia lógica. En lógica, una falacia es un argumento que parece válido, pero no lo es. Algunas falacias se cometen intencionalmente para persuadir o manipular a los demás, mientras que otras se cometen sin intención debido a descuidos o ignorancia. En ocasiones las falacias pueden ser muy sutiles y persuasivas, por lo que se debe poner mucha atención para detectarlas.

Creencias. Una creencia es un modelo creado por la mente para satisfacer un deseo, generalmente sobre un hecho real o imaginario, del cual se desconoce o no se acepta, una alternativa o una respuesta racional. En una creencia todos aquellos individuos que compartan dicho deseo darán por buena una proposición y actuarán como si fuese verdadera, aunque no lo sea. Creencias religiosas por ejemplo.

Pensamiento supersticioso. Los sesgos cognitivos también están relacionados con la persistencia de la superstición, y también funcionan como un obstáculo en la aceptación del conocimiento no intuitivo y científico por parte del público.

Prejuicios morales. Están muy relacionados con los prejuicios sociales y las creencias religiosas ya que en muchos casos están muy condicionados por la sociedad o grupo social donde vivimos. Estos prejuicios a diferencia de los cognitivos no se relacionan sólo con la falta de información o con un error, sino más bien con los valores personales de cada cual y pueden venir disfrazados de racionalidad. Son más bien objeto de estudio de la ética. Por ejemplo ¿Es legítimo el aborto, la pena de muerte, el sexo libre, el uso de la violencia en ciertas circunstancias, etc.?

MAGIA E ILUSIONES COGNITIVAS: 

Las ilusiones cognitivas son sesgos cognitivos que tienen que ver más con las limitaciones de nuestra percepción que con la de nuestro pensamiento. Son el tipo de sesgos que precisamente utilizan los magos e ilusionistas en sus trucos para “engañarnos”. Magia, “Vivimos rodeados de ilusiones”, estas ilusiones visuales son el fallo que demuestra que todo lo que vemos es una construcción del cerebro.
Frecuentemente, las ilusiones cognitivas se pueden dar en situaciones en donde se percibe la ilusión como realidad; por ejemplo, cuando eventos independientes que no tienen ninguna relación se perciben como dependientes o eventos aleatorios o al azar se perciben de forma determinista como si estuvieran causados unos por otros. Es decir relacionamos cosas entre sí que no tienen nada que ver aunque lo parezca.

Nuestro cerebro tiene unos recursos limitados. El cerebro rellena huecos con lo que no puede percibir, se pierde los detalles porque todo lo que queda en la periferia está borroso y se distrae con una canción, un ruido o una emoción. Cuando el mago nos hace reír, por ejemplo, nuestra atención baja momentáneamente y nos deja más expuestos al engaño durante unos segundos. También construye una falsa continuidad entre unos eventos y otros, aunque los cambios salten a la vista. Cuando centramos nuestra atención en un foco determinado, el resto del mundo desaparece para nuestro cerebro. Los magos utilizan esta estrategia y otras muchas durante sus actuaciones, tratan de que miremos donde ellos quieren e incluso borran de nuestra memoria lo que acaba de suceder con preguntas que nublan nuestro razonamiento y cambiarán lo que luego recordemos. La respuesta está a unos centímetros de distancia, en esas conexiones neuronales evolucionadas para percibir formas, colores y movimientos de determinada manera.

La “ilusión de la introspección” nos indica que aunque creamos tener un gran conocimiento de nosotros mismos, a menudo estamos improvisando una explicación con otros elementos. Gran parte de esta improvisación tiene que ver con nuestras experiencias previas, por como habitualmente percibimos las cosas en nuestra vida. Aún queda mucho por conocer sobre estos procesos cognitivos. Es por esta economía de los recursos que nuestra mente completa los huecos y ve continuidad donde quizá no la hay, o hace interpretaciones que tal vez no sean del todo correcta.
Una de las primeras aproximaciones a la ilusión de la introspección la realizaron los psicólogos Richard Nisbett y Timothy D. Wilson en 1977, con una serie de experimentos que les sirvieron para hipotetizar que no podemos acceder al proceso mental que nos lleva a decidir y por eso inventamos la explicación. En el experimento, los investigadores entregaban algunos pares de medias a un grupo de mujeres y les pedían que escogieran el que más les gustara. Una vez hecha la elección, las mujeres explicaban los detalles que les habían decidido, como la textura, el color, la apariencia…, sin saber en ningún momento que todas las medias que les habían entregado eran idénticas.
El proceso quedó aún más claro con el experimento realizado por Petter Johansson y Lars Hall en el año 2005. Esta vez, los investigadores mostraban a los sujetos parejas de fotografías para que escogieran aquella cara que les pareciera más atractiva. Sucesivamente, cada sujeto iba escogiendo y justificando la elección sin saber que, mediante un sencillo juego de manos, el experimentador había cambiado su primera opción por la contraria. El experimentador da el cambiazo en el último instante y entrega al sujeto la cara que precisamente no ha elegido, de modo que éste acaba justificando una elección que nunca ha hecho. La gran mayoría de los sujetos sometidos a la prueba (un 70%) no se percató del engaño e inventaba los motivos por los que había elegido la cara. Para entenderlo mejor: un sujeto podía decir, por ejemplo, que elegía una cara porque le gustaban las mujeres con gafas y haber elegido en principio la foto de una mujer sin gafas.A este fenómeno los investigadores lo bautizaron como "ceguera a la elección"

Hay muchos ejemplos de Ilusiones Perceptivas. Objetos que flotan, imágenes estáticas que parecen moverse, líneas que desaparecen. Pero, ¿realmente nos engaña el cerebro? En realidad el cerebro acierta prácticamente siempre, es uno de los sistemas más fiables de detección de estímulos que conocemos. Lo que pasa es que recibe información que no es completa”. el mundo se refleja en nuestra retina en dos dimensiones, así que el cerebro ya tiene que recrear una tercera dimensión. Además, la retina proporciona información “limitada” en origen, resaltando más algunos aspectos más que otros, como el borde, el color o la forma. Por otro lado las imágenes no son perceptibles con claridad por el ojo humano, ya que nuestro cerebro solo puede asimilar una imagen a la vez.
El cerebro funciona de una manera estadística,  no puede analizar toda la información de ahí fuera, ha aprendido a extraer lo más relevante en cada situación y, a partir de esos paquetes de información, extrapola y saca conclusiones. En ocasiones, mientras interpreta esos datos en base a la experiencia, el cerebro “falla” y la interpretación que hace no se corresponde con la realidad física de lo que hay ahí fuera.
Así, por ejemplo, vemos un elemento estático que parece moverse, o dejamos de percibir el cambio cuando el conjunto de elementos se mueve. Muchos de estos procesos tienen una explicación neurológica que tienen su base en la percepción: Un cilindro "mágico" parece moverse por que “el cerebro procesa los distintos colores a diferentes tiempos y lo interpreta como un movimiento relativo” y el movimiento silencia los cambios porque los receptores no tienen tiempo suficiente como para registrar las variaciones. 


Investigando estas ilusiones comprendemos cuál es el mecanismo que el cerebro utiliza para interpretar el mundo.
 

Prueba con estas ilusiones:
https://www.youtube.com/watch?v=Hlv13eWyNZA
   
La ilusión de la realidad se refleja claramente en la película de ciencia ficción “Matrix”. La película destaca por mostrar el concepto clásico de la filosofía sobre si el mundo alrededor es real o ficticio; en especial desde las ideas del mito de la caverna de Platón, una alegoría acerca de vivir creyendo que lo irreal y falso es la verdad. Además de una clara referencia a la filosofía cartesiana (el filósofo Descartes y su alegoría del genio que nos hace creer la ilusión del mundo por un encantamiento) en cuanto a la imposibilidad de distinguir el sueño de la vigilia, siendo la mente en tanto que consciencia del "yo" lo único que permanece en ambos estados. También en las filosofías orientales como el hinduismo, el yoga, el  budismo y el taoísmo, las cuales representan la idea de una falsa realidad enajenadora bajo el nombre de Ilusión. En la parte final de mi primer artículo de este blog “¿La ilusión de la Libertad?” ya hablé de este concepto al hablar de la vida como sueño o ilusión.

TIPOS DE SESGOS:

Un mismo Sesgo puede tener en mayor o menor medida características propias de varios tipos de sesgos. No hay sesgos puros.

  • Sesgos de Atribución
Se puede definir una atribución como la interpretación o explicación que se hace acerca de las causas, motivos y razones de algún suceso (incluyendo creencias, actitudes y comportamientos) ya sea en otros o en el individuo que la hace. Una atribución puede ser, obviamente, correcta o no.
Se ha sugerido que los individuos tienden a utilizar atribuciones en forma estable, es decir, que se pueden encontrar en ellos estrategias o estilos de atribución. Por ejemplo, se dice que un individuo tiene estrategias de atribución interna cuando atribuye a causas internas a si mismo (por ejemplo, su propio carácter; habilidad o esfuerzo, etc), sus éxitos o fracasos. Se tiene una estrategia de atribución externa cuando se tiende a encontrar las razones del fracaso o éxito propio en causas tales como suerte, accidentes, etc.
  • Prejuicios de Grupo:  
Existen sesgos específicos para grupos, así como los prejuicios a nivel individual. También hay sesgos en cómo los individuos evalúan formando parte de grupos o a otros grupos y suelen estar muy relacionados con prejuicios sociales. Las personas nos vemos influenciadas por la opinión de los grupos de los que formamos parte. Los prejuicios de grupo también pueden ser un tipo de sesgos de atribución al atribuir características a los demás
  • Sesgos de Memoria: el sesgo en la memoria puede trastornar el contenido de lo que recordamos.
  • Sesgos de Probabilidad: Afectan a juicio de la probabilidad de que algo ocurra
  • Sesgos de toma de Decisiones: Algunos sesgos afectan la toma de decisiones, en la conveniencia de opciones tiene que ser considerado.
  • Sesgos de Atención: 
   Se presta más atención a ciertos estímulos. Se ha demostrado, por ejemplo, que las personas adictas al alcohol y otras drogas prestan más atención a los estímulos relacionados con la droga. 
  • Sesgos de Motivación:
   El hecho de que algunos sesgos reflejan la motivación, y, en particular, la motivación para tener actitudes positivas hacia uno mismo explica el hecho de que muchos errores son egoístas. Por ejemplo, el deseo de una auto-imagen positiva que conduce a un sesgo egocéntrico y evitar la disonancia cognitiva desagradable.
  • Sesgos de Juicio o manejo de la información
   Otros sesgos se deben a la forma particular en que el cerebro percibe, a la formación de recuerdos y a como hace juicios. Algunos se deben a la omisión de información relevante, mientras que algunos implican una resolución o sentencia que se ven afectados por información irrelevante o dar un peso excesivo a una función poco importante pero notable del problema.


http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Sesgos_cognitivos
https://www.youtube.com/watch?v=9K8IsJ6i34k
Falacias:
http://es.wikipedia.org/wiki/Falacia
http://www.escepticos.es/webanterior/alojadas/falacias1.html


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